En el mercado, de la mano de su mamá, a María se le alargan los ojos envolviendo con ellos una muñeca de cartón. La pequeña de pocos años, cuatro-cinco, la quiere para jugar a vestirla; para acariciarla, para arrullarla, para dormir.
La llamaría mi bebé.
En el entorno mágico de las niñas, de cualquier lugar del mundo, la muñeca ocupa el primer lugar. Concentra sus sueños e ilusiones. Es el juego de sus juegos. Por eso mismo, el mundo está poblado de muñecas.
En México las hay por todo el territorio pero la más conocida nació en una familia otomí del estado de Querétaro, nació en Amealco, y se llama Lele.
Quien iba a imaginarlo: esta muñeca de tranzas adornadas con listones, de ojos negros y boca roja es una viajera incansable; ha recorrido muchos países en representación de México. Ya tiene un guardarropa de lo más variado y se ha convertido en una empresaria de diversos productos como aretes, collares, blusas.
En el pueblo mágico de Amealco, entre bosques y agua, las mujeres tienen mucho que hacer para surtir los pedidos de Lele. Mensualmente elaboran a mano más de 150 mil muñecas.
A miles de familias les da de comer Lele.
Pero no sé si ustedes sepan que hay muñecas para todos los gustos y necesidades. Como la muñeca quitapenas de Guatemala. Son incontables las niñas que tienen una en casa y no sólo para jugar sino para aliviar los pesares y las amenazas externas, los miedos que asedian a las familias.
El remedio, el alivio a los malestares consiste en dormir con una quitapenas debajo de la almohada. Dicen que es milagrosa porque de la noche a la mañana elimina los malestares de las durmientes. Vaya usted a comprobarlo.
Buscando más personajes entre las muñecas, descubrí a Mariquita Pérez la reina de los juguetes infantiles femeninos en España. Es una linda muñeca de porcelana vestida como cualquier niña española. Ha conquistado el corazón de millones de ellas.
Sin embargo, la muñeca que llegó, vió y venció, como Julio César en la guerra de las Galias, fue Barbie, creada por la estadounidense Ruth Handler en 1959. Ruth la ideó para su hija Bárbara que quería una muñeca mayor de edad, adulta.
Con Barbie, Ruth mamá y Bárbara hija, sin esperarlo, dieron un salto al infinito en vestuario, en el arte, en la moda, en los negocios y en incontables productos derivados de la muñeca.
Escuche usted, se han vendido mil millones de Barbie en el mundo, tres cada segundo. La visten grandes diseñadores y la dirigen notables creadores de películas como la que ahora está en cartelera en las salas del mundo.
La muñeca es toda una revolución en la historia de la humanidad. Una divertida, hermosa y productiva revolución.
JAIME ALEJO CASTILLO.