Maestros bajo amenaza en Uruapan: violencia, extorsión y miedo en las escuelas

Por América Juárez Navarro

Uruapan, Mich.— La violencia en Uruapan alcanzó a los docentes quienes de la escuela primaria Lázaro Cárdenas del Río, ubicada en una colonia popular de la ciudad, al menos tres casos de amenazas, extorsión e incluso asesinato han generado un clima de miedo e incertidumbre entre los maestros, padres de familia y alumnos.

El caso más reciente involucra a personal docente, uno de ellos según versiones de los padres de familia de esta institución educativa y que prefirieron guardar el anonimato, mencionaron que los profesores recibieron amenazas directas a través de un mensaje de texto y posteriormente una carta entregada por un menor de edad dentro de la escuela.

En uno de los mensajes se exigía dinero a cambio de no atentar contra su familia o contra la comunidad escolar. La carta fue entregada por un niño que jugaba en el patio, quien recibió el sobre de un hombre desconocido que aprovechó un descuido para acercarse.

“No solo la amenazan a ella, también mencionan a su familia, a los alumnos. Y usan a los niños para entregar estos mensajes. Eso es lo más alarmante”, relató un padre de familia que prefirió guardar el anonimato.

El mismo plantel fue escenario, apenas semanas antes, del asesinato de un maestro identificado como Armando, quien fue ultimado a balazos frente a sus hijos. Aunque el crimen ocurrió fuera de la escuela, el docente pertenecía a la misma plantilla.

Otro caso involucra a otro docente de otra institución educativa del municipio, a quien también se le exigió una cantidad de dinero. Ante las amenazas de muerte, decidió pagar los 40 mil pesos que le solicitaron. A diferencia de otros casos, este se mantuvo en silencio y sólo se conoció internamente entre el personal docente.

El miedo ha provocado que algunos maestros se nieguen a regresar a clases. Padres de familia organizaron una manifestación frente a la presidencia municipal para exigir seguridad. tanto en un recorrido que se realizó en la institución esta permanece cerrada con una cartulina en exigencia de seguridad para los alumnos.

Además de la violencia directa, los docentes enfrentan la indiferencia institucional. Las denuncias ante la Fiscalía no avanzan. La comunidad educativa pide medidas urgentes: mayor presencia policial real, investigaciones que no queden archivadas y garantías de protección para seguir ejerciendo la labor docente. Mientras tanto, el miedo se apodera de las aulas, y la educación se ve amenazada no por la pandemia, sino por la violencia.